José Ramiro López Obrador le pidió
la renuncia hace meses.
Usurpó facultades del Gobernador
en la Contraloría de la UJAT.
Junta de Gobierno fue a reunirse
con directores a las divisiones.
El Rector de la UJAT está en stand by, en modo pausa. Los acontecimientos desfavorables a su destino se desarrollan. No que haya dejado de pensar en un movimiento táctico para sobreponerse pero no le quedan muchos hilos por mover, al menos en este escenario. El día de hoy la Junta de Gobierno de la UJAT anduvo de consulta con los directores de las divisiones académicas. La Junta de Gobierno es el cuerpo colegiado que vota la elección y recibe la renuncia de un Rector. Y es de gabinete, es decir, sus acuerdos los hacen en su sede, herméticos, pues son una especie de suprema corte para estas decisiones. Es muy raro que la montaña vaya a Mahoma. Más todavía si salen a consultar a los directores de las divisiones académicas al día siguiente del Primer informe de un Rector. Eso sólo quiere decir que las cosas se están moviendo rápidamente para cambiar el orden de cosas, y podría significar el fin de Guillermo Narváez Osorio como Rector.
La Junta de Gobierno ya se reunió, en plan de consulta como con los demás directores, con uno de los candidatos a suceder a Narváez Osorio en la Rectoría, el director de la DACSYH Ulises Chávez Vélez. Por estas horas no hay nadie dentro y fuera de la Universidad que no esté seguro de que posiblemente se está desarrollando vertiginosamente la caída de Guillermo Narváez Osorio de la Rectoría, señor de horca y cuchillo en la UJAT en los últimos cinco años. Hace casi cuatro meses el Secretario de Gobierno José Ramiro López Obrador lo sentó para pedirle la renuncia, una decisión que Narváez sabía que llegaría tarde o temprano desde el poder de la gubernatura. Pero se ilusionó todo este tiempo con la idea de operar sus artes de ilusionista para seducir al Gobernador y a los miembros del gabinete. Firmó convenios con Secretarios de Estado, los paseó por la colección Santa María, los invitó a la Universidad y les platicó las virtudes de su plan de trabajo. Sólo sedujo a uno, y no le alcanzó. Más bien lo dejó más comprometido que los novios de las bodas de Canáa, y ahora la izquierda lopezobradorista lo percibe probablemente como un posible caballo de Troya. Versiones cuentan que el Rector estaba sentenciado desde la época de las campañas a gobernador. En octubre pasado Jacinto López Cruz reveló el ultimátum de José Ramiro López Obrador a Narváez en su columna Ojo visor. Ayer, confirmó que Narváez se despidió de la Junta de Gobierno en un brindis de diciembre y les pidió discreción, algo imposible en el mundo actual. De manera que la cosa corrió como pólvora todo diciembre y enero, y para su informe de ayer, dentro y fuera de la UJAT, estudiantes, trabajadores, académicos, medios, periodistas, políticos, comentaban que tarde o temprano se va a estrellar y a incendiar. Su informe, al parecer, detonó el proceso de su caída. El gobernador envió como su representante a José Ramiro López Obrador, el mismo Secretario de Gobierno que le habría pedido la renuncia en octubre pasado. En la gestión del poder las claves de los mensajes con ese tipo de claridad no tienen equívoco: el medio es el mensaje.
No funcionó su último cartucho, convencer desde la retórica de su informe que merece quedarse. Hay tres cosas sintomáticas de la crisis científica en que sumió a la UJAT de las cuales no habló en el informe: 1) que cambió las reglas y ahora los investigadores de SNI deben dar más horas frente al grupo en detrimento de sus horas de investigación científica que es el sistema nervioso de una Universidad, “la prioridad es la docencia”, fue la consigna, 2) que las convocatorias para proyectos de investigación llamadas “Con apoyo institucional”, una categoría que apantalla, en realidad se refiere a algo pírrico. Sólo les otorgan a los investigadores las mesas, sillas, cubículos, quienes en su mayoría ya los tienen asignados. Narváez habla de excelencia científica de la UJAT pero no libera presupuesto para investigaciones o publicación de libros. Son otras sus prioridades. 3) Tampoco informó que debido al contubernio y la protección que le dio a Felipa Nery Sánchez Pérez en la División de Ciencias Sociales y Humanidades durante cuatro años, esa directora convirtió a esa División en un Gulag donde violó sistemáticamente derechos humanos de alumnos y académicos, narrados en otras crónicas por Politicus Magazine. No dijo tampoco nada sobre la heroica movilización de los estudiantes que lograron echar a Felipa Nery de la dirección de la DACSYH a pesar de que Narváez Osorio la protegió hasta el último momento. Ese movimiento fue un gran momento de conciencia de los estudiantes, justamente el espíritu libertario que debe motivar la UJAT, y el Rector debió hacer un reconocimiento a ese movimiento inusitado que dignificó a los estudiantes y a la Universidad en marzo de 2023.
En el informe tampoco aclaró sus denuncias por tomar supuestamente dinero del fondo de jubilación ampliamente documentada por profesores de la División Académica de Cunduacán. Ni una palabra. Ese lado oscuro pareciera no existir en su paraíso fabricado de palabras.
Durante cinco años ha sido señor de horca y cuchillo adentro de la UJAT, junto con su círculo rojo. Como si lo hubieran mandado a jefaturar un campo de concentración y no un alto lugar del humanismo. Su oscurantismo mental lo trasladó a las estructuras y a la vida académica. Desde la campaña a gobernador se sabía que Narváez financiaba a la candidata del PAN y, posteriormente, ataques sistemáticos al gobierno. Pero una estela de arbitrariedades e irregularidades desde académicas hasta financieras pasando por un impulso maniaco de persecución a profesores y violación a derechos humanos de académicos son parte del catálogo de su legado ignominioso. También usurpó funciones que por reserva de ley son del gobernador Javier May como la creación y nombramiento de los titulares de la Contraloría de la UJAT. En enero de 2024 se reeligió de manera espuria e ilegal para un segundo periodo como Rector: varios miembros de la Junta de Gobierno de la UJAT ya tenían su periodo vencido en enero de 2024, y se prestaron a la votación. Tiene denuncias penales por corrupción y despojo que se saben públicamente en los medios. La investigación científica en la UJAT quedó desmantelada en su administración, y protegió corrupción en divisiones académicas. El caso más ilustrativo es el de Felipa Nery Sánchez Pérez en la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, una columnista de bajo impacto que hizo directora, y que como dijimos, fue echada por una movilización estudiantil en marzo de 2024. También declaró, al principio de su primer periodo, en Telerreportaje, que sí había habido corrupción en la rectoría de José Manuel Piña. Pero nunca activó una investigación o al menos no la publicó como es su obligación, ni mucho menos fincó responsabilidades legalmente.
La verdad es, que el sr.guillermo Narváez Osorio,si a desviado recursos, además Guillermo Narváez, Rodolfo campos padre y Rodolfo campos hijo,son un trío dé ratas,y pues todo Tabasco sabe que ellos son gente de Adán augusto.el gobernador deveria dé depurar esa universidad.