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“A FELIPA YA NADIE LA QUIERE” Corrupción moral e institucional en la UJAT

Récord de amparos por violación de derechos humanos, corrupción del Consejo Divisional, abuso de autoridad, maltrato, encubrimientos, usurpación de funciones. La universidad es asunto de Estado.

“Nadie lo vio desembarcar en la noche”, comienza un cuento de Borges. Nadie sabe cómo llegó a ser directora de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (Dacsyh). Su oficio no es la academia, mucho menos la investigación científica. Su oficio es otro, tal como puede leerse en este artículo Flash back con lobos y críticos del sistema. Pero llegó e instituyó un sistema de corrupción moral e institucional para la violación de derechos humanos de los académicos y de las alumnas y alumnos. Al menos cinco amparos en el último año, interpuestos por académicos y alumnos, a los que distintos jueces federales dieron procedencia, constituyen ya un récord en la historia de toda la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). Recordemos que cuando un juez federal da procedencia a un amparo es porque ya estudió a fondo el asunto y determinó que sí existieron violaciones a los derechos humanos. En el juicio de amparo no se investiga si hay o no un culpable como en los ordinarios. Cuando los jueces federales notifican a esa directora que es parte en esos juicios como autoridad responsable de violaciones le están comunicando que ha transgredido de manera inaceptable la Constitución y los derechos humanos. Y que la justicia federal está ahí para impedírselo.

Corrupción moral: no hay una filosofía de la ciencia y de la investigación, tampoco una filosofía humanista en su administración. El vacío ético que existe va en contra de la razón de ser de una Universidad como la Ujat. Corrupción institucional: ha manipulado al Consejo Divisional –cuya función es totalmente académica– y obligado a sus miembros –que son sus subordinados– a votar procedimientos administrativos y otras decisiones para perseguir y perjudicar a académicos y a alumnos. Sin tener esas facultades reglamentarias, esa directora persigue, investiga, inventa delitos, rechaza desahogar pruebas, acusa sin pruebas, denigra y resuelve sanciones. Una superjuez apócrifa. Por reserva de ley no tiene ninguna de esas facultades que, de hecho, corresponden a varias instancias de acuerdo a la Constitución y al reglamento de la universidad.

El año pasado dos alumnos fueron suspendidos mediante un procedimiento administrativo desahogado, como todos, en el Consejo Divisional. En principio, esa directora no tiene facultades para iniciar procedimientos administrativos, y enseguida, esa figura es aplicable solamente a los que tienen un contrato con la institución. Los dos alumnos promovieron cada uno su amparo y lo obtuvieron.

Manipular y presionar a los miembros del Consejo Divisional para montar expedientes manipulados y pasar por encima de la Constitución es corrupción. El Consejo Divisional es una institución universitaria, no el cuerpo policíaco de los directores.Y si los miembros del Consejo Divisional no fueron presionados por esa directora para hacer esas violaciones constitucionales contra académicos y alumnos, que salgan a aclararlo públicamente, y que se hagan corresponsables voluntarios de esas violaciones.   Durante cuatro años, académicos y alumnos han visto con estupefacción la descarga de la caballería de esa directora con todo el aparato de la Universidad.

Ha cubierto un abanico impresionante: desde esas persecuciones en el Consejo Divisional pasando por el desalojo con insultos a alumnos que buscan ganarse el pan de cada día con sus ventas en la División de Ciencias Sociales y Humanidades (con amenazas de mandarlos a sacar con los de logística, una guardia pretoriana que existe dispuestos a obedecer lo que sea) hasta encubrir y entorpecer investigación de abusos entre algunos alumnos contra alumnas, y otros casos delicados de acoso de los cuales existen incluso videos y que son ampliamente conocidos por toda la comunidad académica y estudiantil en la Dacsyh. Sin mencionar las amenazas, acosos laborales, y maltrato a los académicos mismos quienes por educación y por entender que están frente a una persona que conquista sus colinas a sangre y fuego, han optado por la prudencia y el tacto. Sabedores del adagio “no hay plazo que no se cumpla” pues el periodo de un director dura 4 años. El de esa directora se cumple en junio próximo.

Cualquier autoridad hubiera recapacitado con los amparos, que dicho sea de paso, hicieron comprometerse mal al Abogado General y al Rector. Esa directora los ha metido en serios problemas y cuestionamientos en la opinión pública y con los jueces federales. Aunque se han alineado con ella –guardándosela tal vez para más tarde–, y la han defendido con el aparato jurídico de la Ujat en los juicios de amparo sin pedirle tampoco que cese las hostilidades contra la comunidad universitaria de la Dacsyh. Todo pagado con los impuestos de la sociedad que llegan como presupuesto de la Ujat. Esa directora no ha gastado un solo peso de su presupuesto personal para el litigio de esos juicios de amparo donde está en calidad de “autoridad responsable” de violar derechos humanos.

Cualquiera se hubiera frenado ante un juez federal. Pero no se frenó. Prueba de ello es la efervescente protesta de las alumnas que comenzó el Día Internacional de la Mujer, y que para admiración de todos, encabeza el mismísimo Presidente de la Sociedad de Alumnos de la División de Ciencias Sociales y Humanidades. Las alumnas y alumnos han perforado el plafond del control bajo amenaza que esa directora tenía sobre ellos y con valentía han comenzado a expresarse públicamente, con firmeza y sin pausa desde ese día.

Esas protestas documentan muy bien la crisis profunda de violaciones a derechos humanos que esa directora ejecuta en la Dacsyh. Esta última protesta comenzó el 8 de marzo pasado mediante un post publicado por alumnas en la página de Facebook “Sociedad de Alumnos DACSyH” titulado “Ni sumisas ni calladas”: “El 06 de marzo, esta Sociedad de Alumnos con las estudiantes de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades llevaron a cabo la actividad “pícnic de mujeres”, donde realizaron diversos carteles que serán utilizados el día de hoy en la protesta del 8 de marzo. También, con base a la ligereza que sienten al denunciar y al resolver estos casos, realizaron una manta con la leyenda “Proteja a las alumnas como protege a los abusadores” dirigida a la directora de nuestra División Académica, la Dra. Felipa Nery Sánchez Pérez, la cual fue colocada en medio de los edificios A y B, en protesta ante la mala actitud, encubrimiento y negligencia con la que la institución y directivos tratan los casos de agresión y abuso de profesores y alumnos a sus compañeras presentados en el plantel”.

La manta, además, tiene impresas las manos de muchas alumnas de la Dacsyh con tinta negra como puede apreciarse en la imagen al final de este artículo. Ese viernes 8 fueron suspendidas las clases en la Dacsyh por una actividad del Sindicato de Profesores pero los alumnos procedieron a su protesta. Consistió en la colocación de esa manta de la que hablan y de una marcha por la avenida 27 de febrero. Hay un video que circula donde las alumnas expresan “¡Fuera Felipa!” “¡Fuera Felipa!” durante la marcha a la altura de la secundaria Rafael Concha Linares, cerca del Instituto Juárez.

Y por primera vez en la historia de la Ujat, los alumnos y alumnas se plantaron frente el edificio del Tribunal Superior de Justicia a pedir justicia con la manta que después colgaron en su División. De esa magnitud están las cosas: una directora denunciada frente al Tribunal Superior de Justicia. La pregunta que se hace la sociedad es: ¿por qué tuvieron que llegar hasta ahí? ¿Y los años de coloquios sobre derechos humanos y de las mujeres en la Ujat (ayer hubo uno, y hay dos anunciados próximamente? En realidad son dos mundos distintos: el discurso del regodeo académico y las fotos para la política, y la realidad del día a día de las relaciones entre esa directora y las alumnas y los alumnos. Hacia afuera son humanistas y adentro actúan como verdugos.

En la marcha hacia el Tribunal Superior de Justicia los manifestantes hicieron pintas nada menos que en el Instituto Juárez, lugar de cultura y artes, y nada más que contra esa directora: “Felipa cubre violadores”, dice una de esas pintas.

La protesta continuó ayer 11 de marzo. La Sociedad de Alumnos y las alumnas organizaron un “tendedero” en la Dacsyh.

Lo más admirable fue que ese tendedero lo presidía una imagen de esa directora con señalamientos escritos con tinta roja por las alumnas, que describen bien la situación de crisis que se vive en la Dacsyh: “Encubridora, cómplice, hipócrita, manipuladora, ¿Por qué lo dejaste impune?, agresora, falsa feminista, mentirosa, hipócrita cuídame”, son las inscripciones como puede apreciarse en la imagen al final de este artículo. Ningún director o directora, y la Dacsyh ha tenido varios intransigentes, había llegado a ser desacreditado a ese nivel. Un nivel de descrédito –donde deben considerarse los amparos– que deberían encender las luces rojas en la Rectoría, en el gobierno y en la sociedad: la Universidad es asunto de Estado –y el Estado es gobierno y sociedad– no de personajes que piensan que la autonomía universitaria significa que el rancho es de ellos, y que son dueños de vidas y carreras, y que nadie puede llamarlos a cuenta o destituirlos por traicionar a la Constitución.

En la página de facebook “Sociedad de alumnos de la DACSyH” hay un post del 7 de marzo pasado de la “Comunidad de estudiantes de sociología. Tabasco” donde da cuenta de la manta contra esa directora y agregan “Se hace un llamamiento y se da visibilidad a una escuela donde vale más el prestigio y la buena imagen, que la seguridad y el bienestar de las alumnas”. Es de notar que las carreras de Derecho y Sociología casi nunca se juntan. Esa directora ha logrado alinearlos a todos en defensa de sus derechos humanos.

Otro post publicado en facebook y que circula profusamente en las redes dice: “Debemos apoyar a las chicas afectadas y también a los chicos más haya (sic) de solo un levantamiento de voz. Quien dirige esta División la DACSYH de la UJAT es una MUJER que ha dado reiteradamente la materia de Equidad de Género, nos ha externado su total apoyo para hacer JUSTICIA, se organizan y realizan constantemente ahí diferentes eventos donde tratan temas sobre libertad, igualdad, respeto, Derechos Humanos Se visten de naranja cada 25 del mes… Es momento de ser CONGRUENTE y demostrar con acciones más contundentes el compromiso, la obligación y el cuidado de los alumnos a su cargo”.

Una de las acciones de esa directora ha sido el maltrato sistemático a los alumnos y alumnas que hacen sus ventas en la Dacsyh. Todos estaremos de acuerdo que preferimos que se ganen lo de su pasaje con sus ventas en un lugar como la Universidad y no de otras formas ilegales. Esa directora los ha desalojado con lujo de violencia sicológica y prepotencia como ya apuntamos. En el tendedero de ayer, se aprecia un cartel que dice “No que mucha sororidad Felipa y me dices “mercado” y que no entraré a la uni por ‘mercadera’”. Existen testimonios de que los alumnos y alumnas tienen videos sobre estos desalojos inhumanos operados en persona por esa directora, es cuestión tal vez de días para que quieran mostrarlos a la sociedad.

La sociedad ya está al pendiente de lo que pasa en la Dacsyh con esa directora. Prueba de ello es que hoy 12 de marzo circuló profusamente en las redes sociales un post de Oliverio García que publicó en su Facebook, donde se indica que estudió Licenciatura en Economía en la Ujat.  El post titulado “Ya nadie quiere a Felipa”, y del cual retoma el título este artículo, publica el cartel con la foto de esa directora en el tendedero de las alumnas y comenta: “Otra protesta contra Felipa Neri. Aquí un cartel puesto por los alumnos donde la califican de ‘falsa feminista, cómplice de abusadores, manipuladora, mentirosa y encubridora’. La propia Sociedad de Alumnos de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (DACSyH) de la #UJAT está al frente de las protestas. El sindicato de trabajadores pidió su salida en una marcha reciente. Académicos también desaprueban sus abusos.”

En junio próximo se termina el periodo de esa directora y se ilusiona con una reelección que se le está poniendo difícil. Pero nunca se sabe. Pertenece al sindicato informal de los que conquistan sus colinas a sangre y fuego. Por el bien de todos debería irse antes, pues su administración está sentando un precedente peligroso para vida universitaria: donde un directivo viola impunemente los derechos humanos.

Debemos tener presente que en el estatuto académico de la Ujat es muy claro cuando establece que es causa grave de responsabilidad imputable a todos los miembros de la Universidad la realización de actos concretos que “lesionen los principios básicos de la Universidad”. Y la violación a los derechos humanos es una grave lesión a los principios básicos de la Ujat. Hay elementos para que esa directora se vaya antes. Es de conocimiento público en la Dacsyh que ha utilizado lenguaje y expresiones inapropiadas en su modalidad de discriminación, lo que ha repercutido en perjuicio de la comunidad estudiantil y académica, creándoles un estado de indefensión, zozobra, miedo, molestia, estrés, impotencia e incomodidad, vulnerándolos en su entorno escolar y personal al existir una clara subordinación jerárquica. No existe la menor duda que la conducta realizada por esa directora constituye una falta grave de respeto a las alumnas, a los alumnos y a los académicos. Los amparos otorgados por los jueces de distrito son prueba de violación grave de derechos humanos, daño a la integridad moral de esta institución, actuación en contra de los principios de respeto y dignidad humana de los académicos y de los alumnos y ocasionando un medio ambiente estudiantil negativo. Esto hace evidente material y éticamente que ha cometido actos de corrupción moral e institucional.

Según la reglamentación esa directora es responsable ante el Rector, que puede destituirla inmediatamente. El Rector haría lo correcto y tendría un coto de legitimidad que a nadie le viene de más en tiempos de crisis. Y esa directora debería rendir cuentas porque cuentas morales, institucionales y económicas son obligación de todo funcionario público.

Freddy Domínguez Nárez

Doctor en Ciencias Políticas por la Université Panthéon-Sorbonne Paris I. Miembro del CRICCAL-Université de la Sorbonne-Paris III. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conahcyt. Profesor Investigador en la Dacsyh-UJAT.

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