PoliticusMagazine

José Antonio De La Vega Asmitia por la nominación para diputado por el distrito IX en Morena

En política hay que diferenciar la manera como se llega, el tiempo de permanencia –nadie es indispensable–, y el perfil de los jugadores –su formación, sus intenciones genuinas o no, y su eficacia en las instituciones públicas. A partir de estas variables se pueden identificar dos universos de jugadores en el sistema político: los fragmentarios y los constantes. Los fragmentarios serían aquellos que entran y salen de la política en diversos periodos de su desarrollo. Su trayectoria se hace de fragmentos de tiempo político asociados con su conexión con los grupos que llegan al poder. Los constantes son aquellos jugadores que permanecen en el juego político. Ya sea por estar asociados al grupo en el poder o porque tienen una extraordinaria capacidad de gestión del poder y/o de crear sus espacios políticos y liderearlo. Para esto último se requiere una formación sólida, inteligencia de zoom politikon, y carisma. Y una cosa más: la trayectoria de estos políticos no se conforma de una suma de puestos gubernamentales y electorales. Sus trayectorias tienen mucho más que ver con la política –que no es el poder–, y comenzaron en general con liderazgo estudiantiles –contra la imposición del poder. La política, recordemos, es el arte del disenso, no del consenso absoluto y permanente –eso es una destacada variable de la antipolítica.

José Antonio De La Vega Asmitia es uno de los máximos representantes de los políticos dentro del universo de los constantes en Tabasco. En la década de los ochenta fue un indiscutible líder estudiantil en la escuela de Derecho de la UJAT debido a su carisma y sensibilidad. Esto puede parecer a algunos una loa gratuita pero no lo es. El carisma de José Antonio De La Vega en la universidad tenía que ver con que no era un estudiante superficial. Al igual que sus amigos estudiantes que lo rodeaban, todos ellos pensaron en sus carreras desde la perspectiva de su formación y no del tráfico de influencias. Fundaron por ejemplo, el grupo “Carlos A. Madrazo” para constituirse en una fuerza cultural de impacto en la comunidad estudiantil. Dirigían la revista estudiantil universitaria “Impulso”, y tenían una impresionante actividad de relaciones públicas como oradores. El mismo De La Vega Asmitia fue tres veces campeón estatal de oratoria en un mismo año, y representó a Tabasco en concursos nacionales de oratoria.

Esos estudiantes eran lectores, voraces lectores de los clásicos del derecho y la política. Recuerdo que en la tesis de licenciatura de José Antonio De La Vega Asmitia encontré citada una edición original del libro Sobre el gobierno civil de John Locke publicado en 1690. Cuando le pregunté por esa cita me dijo que era un ejemplar que se encuentra en la biblioteca de la UNAM, y que él había consultado para su tesis. Para 1988 en que se presentó esa tesis, en una universidad donde a las 11 de la mañana ya no había nadie en clase como era la UJAT en ese entonces, denota que De La Vega Asmitia se tomaba su formación en serio, a la altura que debe tomársela todo estudiante.

A pesar de ser el líder indiscutible de la comunidad estudiantil las autoridades universitarias le negaron la posibilidad de inscribir su planilla para contender por la presidencia de la sociedad alumnos. ¿El motivo? El de siempre en estos casos: demasiado despierto, demasiado inteligente, demasiado independiente, demasiado liderazgo, demasiado leído, demasiado de izquierda (era lector de Leon Bloom entre otros) demasiado crítico.

Los líderes estudiantiles que participan en los procesos universitarios, al menos después de 1968, son escogidos desde el poder. Por su mansedumbre, por su amor al dinero, por su amor a las sombras.

Para líderes como José Antonio De La Vega Asmitia esos obstáculos son sólo un escenario y lo empuja con más fuerza al siguiente. Un año después, al terminar su licenciatura en Derecho se fue a París a estudiar una Maestría en Derecho Constitucional y otra en Ciencias Políticas, como era la tradición de todos los cuadros políticos en México. Al poco tiempo de llegar a la Casa de México en París –una residencia para estudiantes de posgrado que nuestro país tiene en esa ciudad– se abrió la convocatoria para elegir al presidente del Comité de Residentes. De La Vega Asmitia llegó, vio y venció. En la Universidad no lo dejaron ser presidente de la sociedad de alumnos de la escuela de Derecho. En cambio fue presidente del Comité de Residentes de la Casa de México en París, donde lo primero que hizo fue desmantelar el sistema de corrupción que tenían los anteriores presidentes del comité de residentes. Muchos años después habría de llegar a ser también el Director de esa misma Casa de México, algo que me parece no se había visto nunca. 

Así comienza su trayectoria política. A lo largo de más de treinta años ha desempeñado de manera constante altos cargos de la administración pública federal y de las legislaturas local y federal. También es un empresario y administra su rancho. Ha trabajado desde niño en los negocios de su familia. Ahora que está al frente de ellos los ha hecho crecer, los ha consolidado. Son personas de éxito honesto que se necesitan en la vida pública.

Es decir, no se rige bajo la premisa de Garizurueta de que “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Sabemos que muchas mentalidades advenedizas hacen de todo por no quedar fuera de la foto política, no por amor al pueblo o a la política sino por amor al presupuesto.

Ha desempeñado con profesionalismo sus cargos públicos. No solamente en el gobierno. También como opositor al gobierno en el sexenio del tristemente célebre Andrés Granier. Como diputado libró una lucha contra la corrupción de ese gobierno, y descubrió que existían los “bonos de fatiga”, una forma de peyorativa que llamaron a la repartirse dinero de nuestros impuestos entre los funcionarios de Granier. Incluso les daban a escoger si el dinero lo querían en pesos mexicanos o en dólares. La sociedad nunca se habría enterado de no ser por la denuncia de esta maniobra hecha por José Antonio De La Vega Asmitia.

Pero hay algo misterioso en la política de nuestro trópico incurable. A veces hay resistencias para otorgarle reconocimiento a ciertas trayectorias políticas exitosas que no pasan por el manual de las componendas. Resistencias que no lo son cuando se trata de políticos de larga duración que han sabido amarrar y tejer intereses creados. Que son demagogos. Corruptos probados a la vista de todos. Manipuladores. Convenencieros. Y que han hecho su fortuna personal gracias a sus esfuerzos y dudosos talentos para vaciar el erario público. A ellos nadie los reprueba. Pocos los condenan. No les ven defectos. Les ven la belleza de la opulencia malhabida.

El misterio del que hablo es que hay otros políticos como José Antonio De La Vega Asmitia al que algunos se resisten con ahínco a otorgarle el reconocimiento a su inteligencia y su eficacia, y sobre todo al hecho de que su presencia en el juego político enriquece al sistema político. No siempre ha sido así en Tabasco: Francisco J. Santamaría, cultísimo lexicógrafo fue gobernador, Carlos Pellicer, fue senador. Era una época en que, como dice Max Weber, para ser funcionario de Estado se tenía que saber de poesía y arte. Y todos se aceptaban y se entendían mejor porque todos cultivaban, de manera personal, el conocimiento, el razonamiento, la inteligencia hacia adelante. Y no solo la inteligencia de la razón cínica y pragmática que domina hoy día.

La misteriosa reticencia en nuestro contexto político no perdona a nadie. De la misma manera todavía hay muchos en Tabasco que denostan diariamente a Andrés Manuel López Obrador. Lo hacen aún cuando ya está a punto de pasar definitivamente a la historia.

José Antonio De La Vega Asmitia es una persona sumamente educado en su trato, y con una sensibilidad social que los que lo han tratado saben apreciar. Tiene buena llegada en el terreno con la población, y es apreciado en muchos sectores productivos, sociales, educativos, económicos y políticos en Tabasco y en el resto del país. Tiene un punch natural para armonizar disensos, y en la Cámara de Diputados, un lugar donde eso es la base de todo el trabajo legislativo, ha demostrado ser un constructor de mayorías para la votación de leyes y reformas.

Es un promotor activo de la idea de que los tabasqueños deben salir al mundo a prepararse, particularmente los más jóvenes. Que la educación y la cultura son fundamentales para cada uno de los miembros de la sociedad. En un país donde a la mayoría de los políticos les cuesta dedicar presupuesto –ya no digamos tiempo– a una biblioteca, a una universidad, a un museo de arte, esta visión de De La Vega Asmitia es destacada.

Tiene un conocimiento profundo de nuestro sistema constitucional y de las leyes. De sus vacíos, de sus incongruencias, de sus contradicciones, de sus deficiencias, que un legislador debe subsanar para dejar que fluya el desarrollo económico y social. Porque en la regulación o desregulación de leyes y reglamentos está la clave para los procesos de desarrollo.

También tiene una experiencia sólida como legislador. En las democracias consolidadas, un legislador es un cuadro político que hace carrera dentro de la cámara de diputados durante casi toda su vida. Porque como en todo, la experiencia es importante, y estabiliza la agenda legislativa para que fructifique en la sociedad.

José Antonio De La Vega Asmitia ha sido un potente razonador cuando se ha desempeñado en las legislaturas. Ha presentado iniciativas de ley en todas las áreas donde se debe impulsar el desarrollo de Tabasco. Esas iniciativas están reunidas en tres tomos, y dan muestra de que es una opción seria para integrar la próxima Cámara de Diputados en 2024. También ha escrito varios libros y artículos serios. Sigue siendo un buen lector. Tengo la fortuna de haber sido editor de sus libros, y por lo mismo puedo compartir con ustedes la versión electrónica de algunos de ellos. Pueden descargarse al final de este artículo.

Debemos impulsar su nominación a la diputación del IX distrito en la encuesta de Morena. Un cuadro como José Antonio De La Vega Asmitia debe participar en los asuntos públicos. Porque en los asuntos públicos la experiencia y la formación son de suma importancia. Hay lugar para todos.

Después de treinta años de experiencia y conocimiento profundo de la administración pública y de los procesos legislativos, José Antonio De La Vega Asmitia es un alto perfil para la interlocución para nuestra sociedad desde el Congreso de Tabasco.

Freddy Domínguez Nárez

Doctor en Ciencias Políticas por la Université Panthéon-Sorbonne Paris I. Miembro del CRICCAL-Université de la Sorbonne-Paris III. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conahcyt. Profesor Investigador en la Dacsyh-UJAT.

3 comments

  • Estoy convencida que es uno de los mejores políticos que tiene el Estado de Tabasco, mejor preparado con gran conocimiento en las leyes mexicanas, que cuando se sube a las tribunas siempre es pensado en el bienestar de los ciudadanos.
    Y sin lugar a dudas es un gran ser humano, con un gran corazón y siempre dispuesto ayudar y escuchar a las personas.

  • El país, léase nuestra sociedad y por ende los partidos, van formando cuadros políticos que merced recursos propios, el desarrollo de sus cualidades innatas y la vocación social, son cuadros de invaluable calidad que no pueden ser desaprovechados y que es injusto desperdiciar en el proceso del trabajo que implica la conducción del estado moderno, hacia una sociedad más justa y humanista. Es allí donde personalidades como el maestro José Antonio De la Vega son de imprescindible utilidad y fortaleza para el partido gobernante en un contexto de real polítik y ante la presión de una oposición fascista y con una vocación destructiva de lo que Morena ha logrado impulsar en el país por esa meta de justicia..por encima de muchos cuadros, aún con la difusión protección que están logrando, creo que tener un Diputado con tal preparación y tan fino esquema de experiencia y vocación, sería un logro, una posibilidad de darle lucidez a la nueva legislatura en un momento clave de la vida de México.. Estos son mis consideraciones para establecer más allá de cualquier subjetividad que José Antonio De la Vega es un tabasqueño que debe y estamos obligados moralmente a impulsarlo con todo por Tabasco y su nuevo destino; jóvenes y adultos, mujeres y hombres de progreso, coincidimos con lo planteado en este artículo, en aras de una etapa de concordia y vitalidad política y económica para este giron de tierra que amamos y ha sido cuna de gente muy valiosa .

  • Un hombre leal a su pueblo Tabasqueño, preparado Políticamente como para representar en la contienda electoral, con una trayectoria muy amplia en lo profesional, y como un gran ser humano.

Siguenos

Para estar en contacto con nosotros y tener actualizaciones de nuestros proyectos.